Recuerdos del Villano III

Hoy hablaré de un buen amigo que ha partido al viaje sin retorno. Me refiero a José Luís Hernández, El Monarca, quien pudo haber llegado muy alto como luchador profesional ya que tenía estatura, carisma, personalidad, era bien parecido, con físico bien trabajado y se veía bien. En varias ocasiones luché contra él. Recuerdo que una vez, estaba en Poza Rica, Veracruz, y tenía que tomar el camión de las 11: 45 de la noche (era el último que venía para México). En ese tiempo, el promotor de esa arena era mi padre, Ray Mendoza; tras la lucha, me fui a cenar y cuando llegué a la terminal, ya se había ido mi autobús.

Luego de la decepción inicial, me quedé pensando un rato con la cabeza agachada, cuando la levanté, cuál sería mi sorpresa que vi a José Luís Hernández, quien también había perdido el camión. Me dirigí a la taquilla para ver a qué hora había otra corrida al DF, y la más próxima era a las cinco de la mañana del otro día, así que me acurruqué donde pude para dormir. Pude ver al Monarca que también buscaba un lugar para pasar las horas.

Dieron las cinco, y abordamos el camión; si todo hubiera sido normal, la llegada a México habría sido a las diez de la mañana; para acabarla de amolar, cuando veníamos en plena sierra, se descompuso el camión y una vez más a esperar; era un lugar muy peligroso, muy angosta la carretera; ahí estuvimos varias horas, como al medio día llegó otro camión para seguir nuestro viaje.

Llegamos al DF después de las dos de la tarde, y en la noche, El Monarca y yo nos enfrentábamos en una lucha del campeonato; nos dimos con todo, pensé que lo iba a agarrar cansado después del largo viaje que tuvimos. En una acción suicida, me aventé un tope con tan buen tino que le abrí una ceja, pero me seguí de filo hasta pegar en la codera de una butaca y yo también me descalabré. Continuó la lucha y ninguno de los dos queríamos ceder, aún a costa de desangrarnos; la contienda duró más de una hora y retuve mi campeonato. Al final, reconocí que él podía llegar a ser una gran estrella, incluso tenía más experiencia que yo, pues se había enfrentado a gente como mi papá, René Guajardo, Ángel Blanco y Dr. Wagner.

Qué lástima que se haya ido, porque era una persona joven, pero no supo o no pudo dar todo el potencial luchístico que tenía. Agradezco sus comentarios a

ardimen3@yahoo.com.mx

 

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