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Los saludo con gusto, amigos lectores. En esta ocasión les contaré de incidentes que llegan a ocurrir cuando los luchadores andamos de gira. Anteriormente viajábamos en condiciones muy adversas, ahora ha mejorado, pero no por eso dejan de ser peligrosos los viajes. Antes eran camionetas viejas y feas; hoy son vehículos equipados con todos los servicios.
Durante una gira por Monterrey, allá con la División del Norte que comandaba el señor René Guajardo, el encargado de la camioneta que nos transportaba era Ciclón Veloz Jr., un gran amigo de todos los luchadores porque nos comprendía y ayudaba en lo que más podía, sabía de todas nuestras necesidades. Veníamos de luchar de Nuevo Laredo, Tamaulipas, que es la frontera con Laredo, Texas. Acabó la función y regresábamos a Monterrey. En lo que nosotros nos bañábamos y arreglábamos nuestro equipaje, Ciclón Veloz Jr hacía cuentas con los promotores Ventura Martínez y su sobrino, el dr. Francisco Cantú, y planeaban el siguiente programa luchístico.
De regreso cenábamos en Sabinas, Coahuila, siempre en el mismo lugar. Yo iba de chircarcas, o sea de ayudante de chofer; al llegar, bajé inmediatamente y pedí mi cena, y como fueron llegando los demás, fueron pidiendo; así que terminé mis alimentos y le comenté a Ciclón Veloz que iba al sanitario, mientras los demás terminaban. Al llegar al baño, me di cuenta de que no servía, así que se lo comenté al dueño. Me dijo que entrara al sanitario de damas pues a esas horas (las dos de la mañana) había muy poca gente. Con la toda confianza entré al baño de las mujeres.
Para mi mala suerte, en ese momento llegaron unos clientes, cinco tipos rancherotes, sombrerudos y mal encarados que iban acompañados de dos mujeres. Cuando me estaba lavando las manos, entró una señora, y al verme se sorprendió y empezó a gritar: "¿Qué haces aquí, maldito? ¡Este baño es de mujeres!" Salió rápidamente y no me permitió ninguna explicación, pero en lugar de dirigirse al encargado se fue con sus acompañantes para comentarles el incidente.
Al salir, un tipo como de 1.90 de estatura y con un sombrerote se me acercó: "¿Qué carambas andas haciendo en el baño, jijo de….?" Y que me suelta el primer trompón, hasta los lentes me partió. No permití que siguiera, que me paro y que me le dejo ir, cuando vieron eso sus demás compañeros se fueron sobre mí, y mis compañeros luchadores seguían cenando tranquilamente, de pronto se dieron cuenta que me estaba peleando y que me apoyan; se metió Negro Casas, Ciclón Veloz Jr, Brazo de Plata, Rino Castro, Carnicero Aguilar, Tarzán Rocha y Garringo, y que se arma la batalla campal.
Se calmaron las cosas y nos retiramos del lugar; llegando a Ciénega de Flores, que se ubica unos veinte kilómetros de Monterrey, en forma sorpresiva, de los dos lados de la carretera salieron automóviles y nos empezaron a seguir, nos alcanzaron, nos bajaron y nos llevaron detenidos. Eran agentes federales que habían recibido la orden de detenernos ya que nos acusaban de haber golpeado a unos parroquianos.
Llegamos a Monterrey y nos tuvieron presos hasta el otro día a las nueve de la mañana, cuando llegó René Guajardo y nos pidió que le informáramos cómo habían sucedido las cosas, le comenté el asunto y sólo me preguntó: "¿Ganaron o perdieron?" "Ganamos", contesté rápidamente. "Bueno, en este momento pago la multa porque si hubieran perdido, los dejaba a todos aquí". Espero sus comentarios a ardimen3@yahoo.com.mx o bien a www.villanotercero.com