{rokbox}images/stories/news-byl/2913/2913-ray-mendoza.jpg{/rokbox}
Bienvenidos, amigos. En esta ocasión abordaré el tema de las rivalidades que muchas veces llegan a límites insospechados, por ejemplo, los vestidores. Mi padre Ray Mendoza tuvo muchas y sonadas rivalidades, por ejemplo, con Cavernario Galindo y Espanto I; con éste último, el pique inició en la arena Coliseo, y continuó en la México.
Se vieron las caras en la lucha estrella, la arena se llenó, cuando bajaron del ring se siguieron dando y así llegaron a los vestidores, al final se retaron a un mano a mano, pero en ese momento se dieron una golpiza, la contienda quedó empatada. No conformes, siguieron dándose en el vestidor, los golpes volaban por todos lados, en un rincón se encontraba don Salvador Lutteroth, quien observaba detenidamente a los rivales sin que nadie hiciera nada por separarlos; de una mordida, Espanto I casi le arranca un dedo a mi papá.
Cuando se separaron, Lutteroth se acercó a ellos y les dijo: "Felicidades, felicidades, señores". Le estrechó la mano a mi papá e hizo lo mismo con Espanto I. Los dos tenían la cara hinchada de tantos golpes que se dieron, sin embargo sonrieron, cuando el señor Lutteroth agregó: "Qué buena lucha dieron hoy, repiten el próximo sábado". Cuando se calmaron las cosas, Ray Mendoza preguntó: "¿Qué, el señor Lutteroth cambió de día las funciones?" "No", le respondió el encargado de programación "lo que vio estuvo muy bien, pero para la función de box del sábado, porque de lucha no se vio nada".
Anteriormente, los luchadores eran obligados a luchar, los encuentros eran de técnica, no de golpes y patadas, ni nada por el estilo; les dijeron que debían bajarle al calor de su rivalidad para que no sucedieran esos hechos bochornosos, y que llegando al vestidor se tenían que respetar, aunque estuvieran muy enojados. Recuerdo que una vez me enfrenté a Rambo, pero él y yo éramos compadres de grado desde que trabajaba como José Luís Mendieta; cuando se enmascaró como Rambo, no le importó que fuéramos compadres, y lo único que quería era destacar.
Semanas antes de que apostáramos las máscaras, tuvimos una lucha y llegamos al vestidor, me agarró y nos dimos otro entre ahí entre sillas y petacas. El señor Francisco Flores estaba molesto y nos dijo que eso iba más allá de lo deportivo, porque todo debía ser arriba del ring. Y así como esto, pasan muchas cosas es esa clase de rivalidades. Espero sus comentarios y sugerencias a ardimen3@yahoo.com.mx o bien a www.villanotercero.com