
«Tan pronto desaparecen los bichos del ring, Kahoz y Murciélago se quitan las capas y las depositan en las manos de sus séconds que son Ponzoña y Lobo Negro, respectivamente. Y de inmediato suena la campana. Murciélago se lanza sobre su rival y le coloca una patada al plexo solar, éste, mañosamente se tira al suelo y prende de las piernas al quiróptero y le receta golpes a los muslos. Pero ambos se levantan, Kahoz le enreda el cráneo en un candado y se da gusto picándole los ojos y apretándole la nariz. El réferi lo amonesta pero Kahoz aprovecha la ceguera momentánea de su enemigo, lo tunde con golpes de antebrazo, lo lleva al esquinero del ring y con la cuerda superior inicia un estrangulamiento directo que tiene que romper cuando por nueva cuenta intervine Gonzalo Avendaño. El misterioso hijo de los sepulcros inicia una serie de látigos irlandeses rematados con rodillazos a la parte interior de los muslos que pone en malas condiciones al Murciélago; sin embargo, en un descuido éste lo agarra de la pierna y le receta varios puntapiés, seguidos de un medio cangrejo y de palanca a los pies con castigo a la cintura. Kahoz da un fuerte codazo al vientre y se zafa del martirio, pero Murciélago lo sujeta con un candado a la cabeza y le restriega los ojos con una cáscara de limón, lo que aprovecha para dar una serie de azotones, patadas a la región cardiaca, yeguas y otras patadas a la filomena, luego lo enreda en la swástica y Kahoz se rinde. Pero el amante de los murciélagos no lo suelta y continúa castigándolo, por lo que Gonzalo, al no poder romper la llave, opta por descalificarlo y darle la victoria de la primera caída a Kahoz, lo que provoca que Murciélago se enfurezca y jalonee al réferi, que amenaza con volver a descalificarlo y darle el triunfo a Kahoz."
La multitud, que no tiene favorito, está sorprendida del desenlace de esta caída y empieza a tomar partido, ya que un grupo le echa porras al Murciélago y lo incita a que golpee al réferi por metiche; mientras otro sector aplaude al hombre de los sepulcros cuando empieza a volver en sí gracias a la intervención del médico de ring.
Después de un leve descanso, suena la campana para iniciar la segunda caída e intempestivamente Murciélago se lanza sobre Kahoz y le aplica un tope que lo hace caer a la lona para que sea víctima de una andanada de golpes y rodillazos a los costados, pero todo termina cuando el hijo de los panteones se rueda y sale fuera del ring, lo que aprovecha el coleccionador de animales ponzoñosos para lanzarse al aire y localizar a su enemigo fuera del ring con un vistoso tope seguido de golpes. Kahoz, no obstante la paliza, consigue colocar una patada a la cara de su rival para jalarlo de las piernas y sin piedad lo tunde con derechazos, codazos, rodillazos y golpes con el puño cerrado al vientre, mientras el réferi desde la plataforma del ring continúa su conteo que llega a doce segundos, lo que provoca que Kahoz tome a su contrincante y lo suba al ring para continuar martirizándolo. Cuando piensa que ya está listo para el conteo final, le sella la espalda con la lona y se espera a que el réferi lleve dos segundos, para levantarlo y seguir golpeándolo hasta conseguir desmayarlo, pero ni así termina su castigo, hasta que el tercer hombre, después de amenazarlo con descalificarlo y no obtener respuesta, interviene y le levanta la mano al Murciélago en señal de descalificación para empatar la contienda. (continuará)