La historia de Dalia Negra

Toño Peña: ¡cinco años de ausencia! (2011) -3-, Cuerdas… Cuerdas No. 3043

Sigue dando vueltas esa esfera llamada tierra y siguen llegando a nosotros recuerdos de aquellas épocas en que la lucha libre era un espectáculo diáfano que arrancaba ovaciones, comentarios y contradicciones. Épocas que ya se encargó el tiempo de convertirlas en nubes, en arena, en polvo.

Esas añoranzas son las que me obligan a escribir sobre el pasado, recordar a luchadores que hicieron época y que dejaron huellas imborrables, por eso es necesario que recordemos una de las anécdotas más geniales que se realizó en la arena Astropista de Texcoco, allá por la década de los ochenta. Esa tarde del sábado estaba programado el debut de un exótico que había causado furor en todas las pequeñas arenas donde se había presentado –esto fue parte de la publicidad que se le hizo- e iba luchar contra BULL SANTANA, ídolo de esa afición.

El Rey Midas no dejó morir el personaje de Dalia Negra.

Y desde que se apareció por los corredores de la arena, rumbo al ring, causó furor y sorpresa, pues su máscara y bata eran de lo más vistoso que se había visto en mucho tiempo. El hombre trepó con una majestuosidad extraordinaria y empezó a pasearse sobre el enlonado, ante una rechifla y admiración de la gente, entonces, subió un representante de la Comisión o del Sindicato, no recuerdo bien, a notificarle que no podía luchar porque no estaba registrado en el gremio, esto lo hizo en voz alta, lo que originó una tremenda rechifla, a lo que DALIA NEGRA se acercó al Comisionado y habló un gran rato, al igual que el promotor que trató de convencerlo para que lo dejara actuar, pero en forma enérgica amenazó con cerrar la arena y clausurarla, lo que motivó a DALIA para que tomara la bocina y se dirigiera al público que guardó respetuoso silencio para escucharlo: “Respetable público, agradezco de todo corazón su presencia, pero en vista de que la Comisión me prohíbe luchar porque no me he registrado en su gremio, les pido perdón y para no suspenderles la función me veo en la penosa necesidad de abandonar el ring, no sin antes suplicarles a ustedes despedir al Comisionado con una ovación por haberme obligado a no luchar”.

DALIA NEGRA empezó a retirarse mientras los aficionados lanzaban mentadas y chiflidos al Comisionado, por cierto que al irse retirando DALIA, trepó BULL SANTANA que recibió dos golpes y que lo derribaron, pero ya no pudo hacer nada, porque DALIA ya se había ido. Ya en mi despacho, TOÑO PEÑA me dijo: “Estos sindicatos y comisiones no sirven para nada, más que para perjudicar al deporte”, creo, ahora que ha pasado el tiempo, que sus palabras fueron proféticas.

Lo importante de este relato fue que el personaje de DALIA NEGRA no murió ese día, porque TOÑO no lo dejó morir, ya que uno de sus amigos se lo pidió y TOÑO se lo regaló.

El paso como luchador, con todos los personajes que interpretó, siempre fueron llenos de colorido, porque jamás perdió una capucha y mucho menos su cabellera, pero consiguió campeonatos, trofeos, caballeras, diplomas, triunfos fabulosos y el respeto de sus compañeros, ya que era un tipo respetuoso que supo granjearse amistades y sobre todo respeto.

CONFETTI: Quiero mandar un abrazo a BULL SANTANA, al TERRIBLE, el de la Astropista, BARÓN CHUMEDO y HECATOMBE. Les pido que se comuniquen conmigo al 56 74 21 00.

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