Esta vez, fue antes que iniciara la lucha semifinal. El anunciador presentó a las glorias del cuadrilátero, aquellas que lograron que la lucha se posicionara en el gusto del público. Esta noche, los recuerdos inundaron el inmueble de la colonia Doctores, la nostalgia se acomodó en las butacas y los gritos de júbilo acompañaron a estos héroes que siempre se brindaron más allá del 100%.
As Charro, aquel cuya patada a la charra pusiera los cabellos de punta de los espectadores, de nombre Jorge López Huaracha, que perdiera la máscara en este mismo local contra Mogur, el 18 de septiembre de 1987.
Mano Negra, considerado todo un estilista, y de quien en un principio se creía (quizá las revistas de lucha fueron las culpables) era hermano de Aníbal. Primero en este local y después en las huestes de Lucha Libre Internacional; aquel luchador técnico que rivalizara con Américo Rocca y que perdiera la máscara contra Atlantis, el 1 de octubre de 1993, noche en que conocimos la cara de Jesús Reza Rosales, hijo del Rebelde.
Ultraman, cadete del espacio. Recordar sus rivalidades con Cuchillo, Blue Panther, El Brazo de Oro, y muchos como Black Terry, es hablar de toda una historia sobre el cuadrilátero, hasta antes de perder su plateada máscara inspirada en un súper héroe de Japón, país que visitó varias veces y donde se le creía invencible. El 3 de septiembre de 1987, muchos aficionados conocimos el rostro de Ventura Pérez Chávez, el ídolo de toda una generación.
Lizmark, el geniecillo azul, el suicida de La Quebrada, el hombre que llegó al estrellato y siguió vestido de modestia. Un gladiador que inició rivalidades con Fishman, Fabuloso Blondy y Los Dinamita, las cuales, no llegaron a apuesta de máscaras o cabelleras. Recordado su dueto en el cuadrilátero con Atlantis. Hoy, semi retirado, Lizmark ve su legado en el rudo Lizmark Jr.