Zeuxis se levanta a las 4:30 de la mañana para alistarse e ir a la escuela; sus clases comienzan a las 7:00 de la mañana. A sus 19 años de edad, estudia la licenciatura en Terapia y Rehabilitación Física en el Hospital Infantil de México Federico Gómez; además, es paramédico en la Cruz Roja Mexicana. En las tardes, se entrega a otra de sus grandes pasiones: la lucha libre. Inició su carrera bajo la batuta de Alimaña y Negro Navarro, en el Bull’s Gym; hoy en día, es alumna de Huracán Ramírez, en el Gym Villalobos.
Zeuxis lleva tres años y medio entrenando, y sólo cuatro meses como profesional en el elenco independiente. Asegura que no teme a ninguna lesión en el cuadrilátero, porque en su lucha por salvar vidas ha visto de todo: “Mi primer paciente crítico recibió siete balazos. Uno le atravesó pulmones y corazón. Logramos ingresarlo al hospital, pero murió. La desesperación era terrible, pero gracias al apoyo de mis maestros y compañeros de trabajo -Xochihua y Alfredo- logré superar eso y otra experiencia fatídica, donde un paciente no sobrevivió después de una descarga eléctrica de 28 mil voltios. En la Cruz Roja Mexicana nuestro lema es: Todos somos hermanos.
“En la lucha también hay lesiones terribles, pero estoy preparada para lo que venga. Hace tiempo, en una plancha me rompí el tendón rotuliano; utilicé un aparato de yeso por mes y medio, y estuve tres meses en rehabilitación. Después, tuve una fisura en el dedo pulgar, a causa de un suplex, y también necesité yeso. Ambas lesiones ocurrieron por descuidos míos al entrenar.”
Aunque desde niña veía lucha libre, Zeuxis –quien nació en el DF, el 3 de noviembre de 1988- decidió ser luchadora a raíz de que vio un combate donde Marcela se coronó campeona mundial: “Arriba del ring, me encanta sentir el calor de la gente y saber que respetan y admiran mi trabajo. Económicamente, a las independientes nos va mal, pero tengo el respaldo de mis padres, quienes al principio no aceptaban mi incursión en la lucha, pero a fin de cuentas me apoyaron.”
Zeuxis se desenvuelve con mucha seguridad mientras habla; es amable pero fuerte, carácter ideal para su profesión. Terminó el bachillerato con una especialidad en Música; además, estudió Arte y, debido a eso, conoce muy bien la historia de su nombre de batalla: “Zeuxis fue uno de los pintores griegos más cotizados de su tiempo. A su corta edad, tenía varias profesiones; por eso, me identifico con él. Mi prima es diseñadora de modas, e ideó mi vestuario, inspirada en la cultura griega. Un amigo -también diseñador- se encargó de darle vida a mi máscara, tomando en cuenta que soy una mujer muy sensual y atrevida.”
Zeuxis debutó el 28 de abril de este año en el reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla. Su compañera fue Lluvia, y enfrentaron a La Rebelde y El Cobarde del Condado. De niña, era hiperactiva: “Una amiga y yo teníamos un grupo de baile y canto. Yo jugaba trompo, yoyo, canicas, de todo. ¡Parecía niño! Me encantan los videojuegos, pero sólo tengo tiempo para leer libros de Anatomía y tratamientos hospitalarios.”
Aunque lo primordial para esta gladiadora es terminar su licenciatura, tiene como meta ingresar al Consejo Mundial de Lucha Libre: “En Triple A se fijan más en el escándalo y en los cuerpazos que en la técnica, y a mí me gusta el llaveo. Ante tanta misoginia, las mujeres debemos darnos nuestro lugar en cualquier lado, porque si bien es cierto que no podemos ni debemos compararnos con el sexo masculino, sí podemos luchar entre nosotras, como nuestra naturaleza nos lo permita.”
Para Zeuxis, todos los aficionados a la lucha libre forman parte de un sueño que, para ella, comienza a hacerse realidad: “Amigos de BOX Y LUCHA, espero que sigan mi carrera y que me tengan en la mira. Les prometo que, en cada arena donde me presente, les ofreceré un buen trabajo. No tengo una rival de peso, porque mi peor enemiga soy yo misma, debido a que es a mí a quien tengo que superar día con día.”