¿Vamos a las luchas a San Juan Pantitlán? (cuento)

S: Saúl
D: Daniela
R: La Roca
F: Flanagan

Ese día Saúl y Daniela pensaban un lugar para divertirse después de ver una película en el cine, ella proponía ir por un café, pero a él se le ocurrió otra idea:

Sss: ¿Cómo ves si vamos a las luchas?
D: ¿A las luchas?
S: Sí, a las luchas.
D: No, a las luchas no, ¿qué te pasa?
S: ¿Qué tiene de malo?
D: Pues… ahí la gente no’más va a gritar.
S: Pero si a ti te encanta gritar, ¡me gritas a mí!
D: Bueno, pero a ti te grito porque lo mereces, ¡me haces enojar!
S: En primer lugar, te enojas porque quieres… además, ni me has contestado.
D: No, no quiero ir. A ver, ¿a cuál arena me quieres llevar?
S: ¡A San Juan Pantitlán!
D: ¿Y esa dónde queda?
S: En Nezahualcoyotl.
D: ¿En Neza? No, ahí menos.
S: Pero si ahí vives tú.
D: Pues sí, pero no.
S: Ándale, hoy hay un máscara contra cabellera.
D: ¿Y eso qué?
S: ¿Cómo qué? Va a estar bueno, van Dragón Rojo contra Fury Boy.
D: ¿Ya ves? ¡Ni los conozco!
S: Pues no, tu sólo conoces al Vampiro Casanova.
D: Mira, ya me vas a hacer enojar.
S: Bueno, ya, ¿vamos o no?

Ambos llegaron a la arena y el promotor los saludó amablemente, luego entraron. Buscaban un  lugar adecuado para sentarse, en eso uno de los luchadores reconoció a Saúl y le gritó:

R: ¿Qué pasó Saúl? ¿Ya no quieres saludar nada más porque viene bien acompañado?
S: No Roca, pero no te había visto, ¿cómo estás?, ¿cómo está, señor Flanagan?
F: Bien, muchacho.
R: Bueno, ¿y qé?, no nos la vas a presentar?
S: Sí, claro, ella es Daniela.
D: Mucho gusto.
R: Hola, qué tal, la Roca.
D: Mucho gusto.
F: Encantado, señorita, Roberto, para servirle.
S: Bueno, vamos a buscar un lugar para sentarnos.
R: Ándale pues.
F: Hasta luego.

Después de encontrar un lugar, comenzó la discusión.

D: ¿Ya ves?, ¿sólo para eso me trajiste, para que me hicieran burla tus amigos?
S: Pues te dije, «Vámonos por acá», pero no fuiste derecho a donde estaban Flanagan y la Roca.
D: Mira nada más a dónde me traes. Y de seguro todo esto lo vas a subir a Internet.
S: ¡Pues claro!
D: Mejor deberías hacer escritos como los de Monsivaes.
S: Sí, claro.

Así transcurrió la función de manera normal, y ya en la lucha estelar de máscara contra cabellera ella dijo, al referirse a Fury Boy:

D: Para mí que va a perder ese de la cabellera, no puede sostenerse en pie.
S: No creo.

En el fondo Saúl pronosticaba un triunfo de Fury Boy, pero al ganar Dragón Rojo reconoció su error y el acierto de su amiga. Al terminar la función ambos salieron y caminaron rumbo al metro, mientras seguía la plática:

D: Hace años no venía a una función, desde que era niña, cuando fui con mis tías y ellas le gritaban muchas groserías a los luchadores, yo me espanté.
S: Bueno, ¿y qúe?, ¿cuándo volvemos a venir?
D: ¿A las luchas?, olvídalo, yo no sé como acepté venir hoy.
S: Pero bien que te divertiste.
D: Bueno, pues sí, un poco.
Tal vez no se trató del mejor lugar para divertirse para ella, pero él no quería perderse ese tremendo ¡mascara contra cabellera! en la tradicional arena San Juan Pantitlán, con más de 50 años de presentar funciones de lucha libre.

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