Escrito por Kenya Y. Olivera, arrancado de los párrafos de la verdadera sabiduría

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EL MIEDO

Desesperado Alimaña en el rincón del gimnasio, se acercó Mortimer y le preguntó:

– ¿Qué te atormenta,  amigo?

– ¡Tengo miedo!… Una angustia  me oprime el corazón.

– ¿Miedo? ¿Por qué?

– Por la inseguridad, por la influenza, por la crisis, por la muerte de mis amigos Espectrito y Parkita, por el aroma a guerra que cada vez se respira con más fuerza… Tengo tres hijos y una maravillosa esposa y tengo que protegerlos.

– Cálmate, no caigas en ese juego –advirtió el maestro.

– ¿Te parece un juego todo lo que está sucediendo?

– Un juego en el que tienes todo para ganar, pero si cierras los ojos y te dejas llevar por todo eso, entonces  pierdes.

– ¡Esto no es un juego! –exclamó furioso Alimaña- ¡Es real!

– Claro que lo es, pero eso no quiere decir que debes sucumbir ante tal panorama. Todo lo que ocurre tiene una razón de ser. Nada se mueve en este mundo sin la autorización del Creador… Recuerda que Él nos creó porque desea entregarnos la felicidad y dicha eterna.

– Entonces ¿Por qué están las cosas tan mal?

– Así te parecen porque te están produciendo sufrimiento; sin embargo, las cosas no podrían estar mejor (Alimaña miraba con dudas e incredulidad al maestro) Quiero que pienses bien las cosas, pero para hacerlo, lo primero que debes tomar en cuenta es que el Creador nos ama y desea únicamente nuestra felicidad; no obstante, nosotros vemos cada vez más amargura y dolor en el mundo. Esto nos llena de miedo y buscamos, ansiosos la manera de proteger a nuestra familia. Esta reacción la tenemos todos los humanos. Es una reacción natural… Me has dicho que tienes tres hijos. ¿Cuál  de ellos quieres que sea el más feliz y cuál el más desafortunado?

– Yo quiero que todos sean felices y no desafortunados.

– Lo mismo desea nuestro Padre allá en el mundo espiritual. Quiere que todos sus hijos sean felices. Pero eso no depende de Él, sino de nosotros. Él ya nos colocó en esta tierra, en estos cuerpos y nos entregó todo para que trabajemos y poco a poco volvamos a estar a Su lado para gozar con Él de Su perfección y eternidad. Pero para que nosotros logremos eso, es necesario que nos unamos, que trabajemos de forma conjunta, buscando y procurando que a nadie le haga falta nada para que todos podamos desarrollarnos de la mejor manera. Tal como tú  tratas de que, en tu familia, cada uno tenga todo y se pueda desarrollar. Si uno de ellos se porta mal,  tú lo castigas, pero ÉL no va a venir a decirle: «Te estás portando mal, estás siendo egoísta con los demás.» Claro que eso no va a pasar. Lo que sucederá es que las cosas se  pondrán como están ahora para que nosotros mismos nos demos cuenta de lo mal que no estamos comportando. Si nos damos cuenta a tiempo y comenzamos a cambiar, las cosas se mejorarán rápidamente, pero si ignoramos todas esas señales, las cosas se deteriorarán aún más.

– Entonces ¿Qué debemos hacer?

– Ante todo, dejar de tener miedo. Tener confianza en tu Creador, porque Él sabe mejor que tú lo que hace contigo. Después, debes comenzar a cambiar tú mismo y ver a los demás como si fueran miembros de tu propia familia, sin querer controlarlos o aprovecharte de ellos. Antes bien, si puedes ayudarlos, ayúdalos. Compórtate con todo el mundo de la misma manera en que tú deseas que el Creador se comporte contigo.

– Y con sólo eso… ¿Todo se corregirá?  ¿Acaso todo depende de mí?

– Con sólo eso –contestó Mortimer, sonriendo- tu mundo cambiará, porque tu mundo sólo depende de ti. Tú solamente eres responsable de ti mismo, pero con tu comportamiento y con tu confianza en el Creador, podrás ayudar a todos. Mortimer le dio un fuerte apretón de manos y se retiró.

Mortimer estará feliz de contestar todos sus mensajes en: mortimerbx@hotmail.com

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