La decisión de emigrar de Triple A es algo que ya se venía pensando, hace tres días hable con el Perrito y aquí estoy; no tengo absolutamente nada que decir de mi anterior empresa, solo darles las gracias por los 18 años que estuve ahí». Así dio inicio la platica que tuvimos el pasado jueves con Reyes Landa El Tirantes quien desde ese momento paso a formar parte del elenco de Los Perros del Mal.
«Cuando alguien atenta contra tus propiedades y pisa tus derechos, no se puede seguir. El venir a Los Perros del Mal es seguir en el negocio que tanto quiero, que es la lucha libre, no podía estar en un lugar donde no se me respetan y era un objeto más. Las cosas se dan solas, esta es una empresa que no se nutre de la polémica, a pesar de la corta edad del Hijo del Perro Aguayo, es una persona seria, centrada que quiere llevar la lucha libre por un cauce diferente, eso no quiere decir que el Tirantes se vaya a hacer un predicador, porque la persona es una y el personaje es otro y El Tirantes es un hombre que se atreve a crear polémica, a despertar al mismo diablo, a crear tempestades y muchas cosas más».
«Esa fue la manera en la que El Tirantes se nutrió por muchos años. A mis 5 décadas estoy en pleno, en mi mejor forma y con la disposición, física y mental para darle a la gente lo que quiere ver y lo que necesita: esparcimiento, diversión y la lucha libre ofrece eso y más, pero esto no ha sido tomado en serio por autoridades, ni por los luchadores. Una persona entra a ver una función de lucha libre y por dos horas no va a solucionar ninguno de sus problemas, pero estoy seguro que al término de la función va a salir con la mente más lucida para pensar en como solucionarlos».
«Necesariamente todo tenía que cambiar con la muerte de Antonio Peña, soy hechura de él y siempre estuve acostumbrado al contacto humano, al apapacho y al trato directo; de repente todo cambia y ya no hay con quien comunicarse, a quien hacerle una pregunta, se acabo ese tacto, esa relación personalizada, ahora solo se escuchan teléfonos y grabaciones dando ordenes, y si me duele el estomago, que Dios me bendiga, en una palabra todo esto se deshumanizó. Extraño el trato, soy un ser humano que, creo, merecer el respeto que por 18 años le di a mi empresa, fui honesto, derecho, caballeroso, respetuoso y fiel. Jamás me has visto con una camiseta de Triple A, porque la llevo en el corazón y mis servicios en Los Perros del Mal será con la misma dedicación, respeto y profesionalismo con el cual trabajé por tantos años. La Triple A que conocí en el auditorio Benito Juárez de Jalapa, de hombres y mujeres que mano con mano, hombro con hombro viajábamos juntos, tomábamos un refresco, comíamos tacos (a veces en un buen restaurant, otras en cualquier central de camiones),es la que llevo grabada en el corazón y que se perdió».
«Siempre me acostaba soñando con la Triple A, con la que conocí el mundo, con la que crecí y ame, pero que un día desperté y no estaba ahí, otra totalmente diferente. No voy a escribir una novela sentimental, lo mejor es que Dios me deja llegar a los 50 años, de los cuales 35 he estado en la lucha libre, he recorrido el mundo y donde quiera se me ha dado el respeto. Uno de los momentos imborrables fue la primer Triplemanía, no me refiero al lleno total, sino al memorable momento en que yo con un año de experiencia, que Toño Peña, con esa visión para saber cual era tu capacidad y para que podías servir, me tuvo confianza para que en ese evento llevara el rol principal como réferi en la polémica lucha entre Konan y Cien caras, en la que tuve que salir de la Plaza de Toros México a las 4 de la mañana».
«Otro momento que se me ha quedado grabado es la función en el Domo de San Antonio Texas, con la famosísima WWF donde había más de 70 mil gentes y donde he tenido la paga más grande que haya imaginado. Otro gran momento fue ver el nacimiento de Rey Mysterio en el auditorio Benito Juárez en una lucha de exhibición, vi llegar al Cibernético ganando lo que hoy se da de propina, lo vi convertirse en estrella. Y lo mejor de todo es que en cada uno de los sitios donde estuve siempre se me trato con respeto. Ahora viene una nueva etapa y pienso dar lo mejor, como siempre lo he hecho».
{module 163}