Recuerdos del Villano III – 2940

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Roberto Paz convivió con grandes de la lucha. En la foto, aparece junto a Kahoz.

Sean bienvenidos amigos lectores. En esta ocasión recordaremos a un compañero que, desafortunadamente, acaba de fallecer el pasado domingo. Me refiero a Roberto Paz. Con él tuve muchas vivencias tanto deportivas como a nivel personal; en una ocasión fuimos a trabajar a Cuautitlán, Estado de México, con el señor Héctor Valero Meré, que en ese tiempo era director de la revistas HALCÓN y COMBATES DE LUCHA LIBRE, y hacía funciones de lucha en el auditorio Benito Juárez, fue ahí donde conocí a Roberto Paz.

Anteriormente lo había visto en otras arenas pero ese día convivimos de diferente manera. Yo iba en la lucha estrella y al entrar al vestidor lo vi sentado, se me hizo extraño porque, generalmente, cuando uno termina de trabajar se va uno retirando para llegar temprano a su casa. Me senté para cambiarle lo arreos de lucha y le pregunté: «¿Qué haces?» «Aquí esperando, per ya me voy.» «¿Dónde dejaste tu carro?» «No traigo carro, aún no me lo compro.» Le dije: «Vámonos, te doy un aventón.» «¿Hacia donde vas?» «Al Distrito Federal.» «Bueno, por allá te dejo, nada más me dices por donde.» «Voy por la colonia Impulsora», comentó. «Si quieres, te invito a cenar», no comenté nada ya que lo que no quería era que gastara su dinero porque sabía que en ese tiempo ganaba poco y, modestia aparte, a los que luchábamos en las estrellas nos pagaban un poco mejor.

Siguió insistiendo: «Es que yo te quiero invitar a cenar a donde tú quieras…» Total que acepté y nos fuimos a cenar por la colonia 20 de Noviembre, porque comentó Roberto, que ahí hacían unos buenos tacos de bistec y de chuleta; cenamos y al final pedí la cuenta para pagar yo porque no quería que gastara su dinero. Regresó el mesero y me dijo: «No es nada, la cuenta está pagada.» «Ya ves, Beto, te dije que no pagaras, que iba a hacerlo yo.» «No he pagado nada», comentó. «¿Entonces quien lo hizo?» –repliqué-, al voltear hacia la caja vi a un amigo mío y resultó que el negocio era de él; se acercó y nos saludamos porque tenía un buen tiempo que no lo veía, ya que había sido compañero mío en la escuela y ahora tenía su negocio. Al final, logré el objetivo: que Roberto Paz no gastara su dinero.

A partir de ese día nos hicimos buenos amigos y cada vez que lo encontraba se venía conmigo. En otra ocasión lo encontré en Ciudad Nezahualcoyotl, luchaba con Master y Babe Richard, en ese tiempo eran Los Rockers, un buen trío que tenía todo: juventud, experiencia y arrojo. Este joven Master era muy bueno, la experiencia y madurez estaba en Roberto Paz y Richard. Les dieron oportunidad en El Toreo de Cuatro Caminos. Entrar a Lucha Libre Internacional, en esos tiempos, era difícil.

A ese trío lo vi enfrentarse a gente como Los Temerarios, Los Arqueros y Los Diabólicos y eran unas auténticas guerras sin cuartel. Roberto Paz fue campeón ligero del Estado de México. Debutó en la lucha libre antes que yo y con el paso del tiempo fue adquiriendo una gran experiencia como luchador, además tenía una enorme facilidad para enseñar y como tenía una arena de lucha en la colonia Impulsora, ahí daba clases de lucha libre, era un maestro y no se le rajaba a nadie. Una vez, El Solitario y Roberto Paz enfrentaron a un servidor y a Dr. Wagner, fue ahí donde me di cuenta de sus alcances.

Siempre trataba de abrir fuentes de trabajo para sus compañeros y en Guadalajara tenía una arena y a sus muchachos los trataba bastante bien, era apreciado por todos, es una lástima que se haya ido porque era un gran ser humano. Descanse en paz.

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