“Místico, heroe mediático”: Jairo Calixto Albarrán

En la columna “Política Cero”, en el periódico Milenio, el periodista Jairo Calixto Albarrán constantemente describe los conflictos políticos como si se tratara de lucha libre. Admirador de Tinieblas en su infancia, comenta sobre los luchadores más populares de la actualidad:

“Místico es un personaje mediático, muy del mundo actual: sale en telenovelas, comerciales, televisión, y sólo le falta ponerse anuncios de marcas en todo el cuerpo. Puede ser criticable, pero es lógico en el sistema en que vivimos. Ocurre con equipos de futbol, cuyos uniformes ya no tienen espacio para el número porque anuncian cuanto pueden. Místico pertenece a su tiempo, es un deportista famoso en el que anunciantes ven el vehículo adecuado para llegar a los posibles consumidores. Si Místico viviera en otro país, mucho más adelantado en cuestión de mercadotecnia y publicidad, seguramente sería multimillonario como David Beckham (…) Cibernético me deprime, siento que le falta encanto, que es muy bárbaro y a la vez ordinario, en cambios Los Perros del Mal son algo así como un grupo de choque, un escuadrón de la muerte que se opone al mundo y hace ver aburridos a los buenos”.

Sobre quién es más rudo, el luchador o el político, Albarrán apunta:

“El luchador rudo arriesga su físico y el de su oponente; ahí, los más perjudicados son ellos, y los aficionados de quien cargue con la derrota. El político es más rudo porque sus decisiones representan peligro para más personas, y pueden traducirse en hambre, desempleo, etcétera. Los políticos utilizan llaves más complejas y sofisticadas del lenguaje para obtener sus fines, y es mayor la cantidad de personas que pueden resultar lastimadas. La lucha provoca emociones, ya sea alegría, tristeza o coraje, pero la política, los actos de gobierno, pueden tener resultados funestos para una sociedad, por ejemplo un alza de precios.

“La lucha libre entrega a la sociedad héroes que de otro modo no existirían, es una especie de poesía salvaje donde el aficionado puede desfogar su pancracio personal y cotidiano tomando partido por algún bando. Es esa retribución anímica la que ha hecho perdurar a la lucha y a ídolos como El Santo y Blue Demon, que siguen vigentes a pesar de haber muerto hace tantos años”.

Jairo Calixto Albarrán cierra la plática con una recomendación a los aficionados a la lucha, especialmente a quienes gustan de debatir en foros:

“Qué bueno que tengan pasión por algo, pues una persona sin pasión no sirve, pero trasladen a la realidad eso que analizan en la lucha libre. Detecten semejanzas, revisen simbologías, que su pasión no los aísle del mundo y les ponga una venda en los ojos, vayan más allá”.

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