De algunos meses para acá, en ciertas arenas (por ejemplo, Naucalpan y Querétaro) la afición exige encuentros de lucha clásica, y aplaude a rabiar a los luchadores veteranos. Black Terry es uno de esos elementos que no sólo cumplen, sino rebasan las expectativas del respetable. Es muy común ver cómo opaca a sus rivales, y se echa al público al bolsillo. Sobre el tema de la lucha clásica, el ex Temerario comentó:
“La lucha clásica no está condenada al olvido, pues es la madre de este deporte. Todas las demás modalidades surgen de la misma base. Lo que sí es cierto es que los jóvenes no ponen tanta dedicación como antes. Creo que eso es culpa de los instructores, que a pesar de traer la vieja escuela, no la imparten porque, con tal de ganar dinero, prefieren sacar muchos alumnos mal preparados, en lugar de pocos pero bien adiestrados”.
Sobre si son buenos los luchadores más populares de la actualidad, Terry apuntó:
“Hay muchos buenos, lástima que a veces los promotores no les permitan demostrar todo su talento, y los obliguen a entrar en dinámicas que los limitan. Otro problema es que también muchos luchadores famosos se vuelven rutinarios, y dejan de ir al gimnasio a practicar llaves y aumentar su repertorio de castigos y movimientos. Si hay algo que identifica la gente, es a los gladiadores repetitivos, y eso no es bueno.
“Hoy abundan los ídolos hechos por la televisión, y antes las cosas no eran así. Mucha gente se hizo célebre sin necesidad de los medios de comunicación. El Solitario, Aníbal, Huracán Ramírez, Rayo de Jalisco, entre otros, fueron luchadores que alcanzaron la gloria sólo con su entrega sobre el ring, y llenaban donde se presentaban, pero todo cambia, y hoy vivimos otros tiempos”.
En la actualidad, las funciones no forzosamente se realizan en arenas; terrenos baldíos, canchas de futbol, discotecas, entre otros lugares, se habilitan para dar cabida a la lucha libre. ¿Esto es bueno para el deporte de los costalazos?
“No es del todo bueno que la lucha salga de lugares fijos. Las arenas siempre han sido el lugar por antonomasia para este deporte, pero hay promotores que la llevan a otros lados. El problema es que son personas que invierten ocasionalmente en la lucha, y después de dos o tres eventos se retiran, y no podemos tener continuidad. Aunque también se debe observar que son fuentes de trabajo que hacen mucha falta”.
Un asunto que no es del agrado de Black Terry, es que los campeonatos hayan perdido valor:
“Antes se respetaba mucho los campeonatos, especialmente los nacionales. Y es que estaban en poder de auténticos consagrados. Hoy, cada empresa, por pequeña o grande que sea, tiene sus cetros y son tantos, que no se les valora. Las luchas por título eran pulcras, pura técnica y llaveo. Nada de que se metía el sécond y demás rollos, ganaba el que mejor preparado estaba. El ambiente previo para esos combates era otro, había ceremonia de pesaje, y la comisión era la responsable de autorizar o no a un luchador contender. Esa rectitud daba a la lucha la credibilidad que merece”.
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