{rokbox title=|Emilio Charles deja el CMLL, pero no la lucha| thumb=|images/stories/prevvideos/emilio.jpg| size=|320 267| album=|demo|}http://www.vimeo.com/732096{/rokbox}
EMILIO Charles es uno de los mejores rudos del pasado reciente de la lucha. Durante varios años fue la cabellera más cotizada. Sigue activo como luchador, pero ahora fuera del Consejo Mundial de Lucha Libre:
“En las últimas semanas no me han visto en televisión, pero eso no significa que esté retirado, simplemente salí del Consejo Mexicana de Lucha Libre y ahora estoy trabajando en forma independiente. No quise hacer mucho ruido cuando di las gracias en la arena México, porque la gente piensa que si no estás ahí es que ya te retiraste. Afortunadamente tengo trabajo y en los próximos días iré a Estados Unidos, además de lo que caiga aquí, en las arenas de la República mexicana”.
El alguna vez conocido como Rey del Beatiful nos habló de su vida:
“Nací en la ciudad de Monterrey, criado en Guadalajara y avecindado en el Distrito Federal. Fuimos cuatro hermanos: Norma, Eduardo, Carlos y yo, a todos ellos les gustó la escuela, son universitarios Mi papá casi no nos veía porque las giras eran muy extensas, no habían las súper carreteras que ahora tenemos. De niño fui broncudo y en la escuela siempre me castigaban por riña. Pero mi papá no quería que fuera luchador hasta que un día se cansó de ver cómo me castigaban, así que me llevó con El Diablo Velazco y llegando me pusieron a un chavo chaparrito que me dio la arrastrada de mi vida.
“Inicialmente no quería ser luchador, pero decidí desquitarme de la golpiza que les cuento. Empecé a entrenar lucha olímpica y estuve con El Diablo cerca de tres años, participando en torneos contra la Universidad de Guadalajara, y siempre les ganábamos. Mi padre me decía que si iba a hacer algo, que lo hiciera bien. Eso me ayudó siempre en la vida. Recuerdo que, cuando participaba en torneos, mi padre me decía que no iba a verme, pero en realidad sí estaba ahí, sólo que me engañaba para que no me pusiera nervioso.
“Debuté en la arena Jalisco, que es propiedad del Abuelo Carrillo, en una lucha semifinal contra Pedro Anguiano, que había sido maestro del Dandy, Mogur y Javier Cruz; la gente me agarró y a la siguiente semana ya estaba en la lucha estrella, llevaba de rival a Luís Chavira, uno de los luchadores más locos que he visto en mi vida, pues le gustaba ver sangre, se emocionaba y era difícil contenerlo; me acosó hasta que hicimos una lucha cabellera contra cabellera y de churro le gané. Llegué al DF en 1982, a la empresa Lucha Libre Internacional, y fue el periodista Mario Payán quien me recomendó con el señor Francisco Alonso Lutteroth para llegar a la arena México.
“Mi mayor rivalidad fue con Atlantis; eran encuentros a morir. He sido campeón mundial de peso medio. Me hice rudo porque siempre me comparaban con mi papá y quise ser diferente, aunque a él no le gustaba, pero se convenció de que era mi vocación cuando me vio llegar con un cetro mundial.
“Me fui de la arena México sin hacer ruido, no quise homenajes ni nada por el estilo, porque aún no estoy retirado, me siento bien físicamente, aunque ahora lucho menos porque ya llevo 35 años en este negocio, y ya pesan, me di cuenta de eso cuando me ganó la cabellera Máscara Púrpura, pues lo tenía dominado y en un descuido perdí. Ante esas derrotas se debe pensar en cambiar de aires, y así lo estoy haciendo”.