Miércoles con sabor a Desde la tercera. Tarde, pero aquí está una nueva edición de su columna, como cada ocho días les agradezco el placer que me otorgan, al saber que me permiten llegar a ustedes con estas letras. Es algo que aprecio y para seguir en este tenor festivo les comento que hoy les platicaré sobre la arena Coliseo.
El recinto también conocido como “Embudo de Perú 77” se encuentra de gorritos y silbatos, luego de que el próximo 2 de abril cumpla sus primeros 73 años. El coso de la Lagunilla en su época fue abierto como el lugar más moderno de Latinoamérica, sus grandes avances tecnológicos, como el aire acondicionado y la forma en la que fue construida fue el sello para que la arena se levantara como un monstruo adelantado a su tiempo.
Imaginen la calle de Perú aquella noche del 2 de abril de 1942, la gente loca por entrar, los coches pitando y los vendedores gritando, entradas de dos y tres pesos fueron las que se ofrecieron, claro, esa función fue engalanada por el ídolo Santo quien enfrente tuvo a Tarzán López.
Más tarde, para ser exactos el 7 de noviembre de 1952 se realizó la llamada “Madre de las luchas de apuesta”, donde el “Enmascarado de plata” dio a conocer el rostro de Black Shadow, una vez más, lleno total en la “Coli”.
Sin embargo, a pesar de que su cuadrilátero, lámparas, butacas y tabiques han sido testigos de las más grandiosas batallas, pienso que la Coliseo es primordialmente recordada por sus peleas de box.
Sí, esos viernes de guantes, los cuales vieron desfilar a grandes pugilistas como Raúl “Ratón” Macías, Rubén “Púas” Olivares, y para rematar, también se paró ahí el gran campeón mexicano Julio César Chávez, batalló como amateur.
Desafortunadamente por varios años el “Deporte de las orejas de coliflor” se alejó por de este sitio y fue hasta 2014 cuando retornó. Creo fue una buena decisión porque la gente vecina puede asistir cotidianamente, además a precios muy accesibles.
Amigo aficionado, dígame usted, ¿Cuántas veces no ha ido a la Coliseo para ver box o lucha libre? Al menos a mí cada que paso me emociona ver los carteles sobre las paredes, me atrevo a decir que me es más eufórico ir ahí que asistir a la México, por qué, por el hecho que es más pequeña, más de lucha, más de box. Si la actividad del Catch tiene su Catedral en la Doctores, el pugilismo también tiene su lugar sagrado, y se llama arena Coliseo.
Por hoy el espacio se ha terminado y sonó la tercera palmada, espero les agraden estas letras, además que confío que en esta Semana Mayor descansarán y nos estamos leyendo la próxima semana.