AMÉRICO Roca dejó de pertenecer, hace poco más de 4 años, al Consejo Mundial de Lucha Libre y ahora sigue trabajando en forma independiente en su natal Guadalajara. Durante le visita que realizamos a La Perla Tapatía platicamos con Francisco Hernández, y esto fue lo que nos dijo:
“Desde que me di de baja en la Empresa Mexicana de Lucha Libre, me regresé a vivir a Guadalajara; aquí me puse a descansar, pero Javier Cruz me volvió a enrolar en la lucha libre y aquí estoy luchando, que es una de las cosas que más me gustan. Aunque no todo ha sido felicidad ya que estuve enfermo, pero en los últimos análisis que me realicé salí muy bien.
“Trabajé 25 años en la arena México y cuatro y cacho que he estado luchando en forma independiente; así que estoy cercano a cumplir 30 años de carrera. Mis primeros años fueron sufridos, aunque lo mejor fue que llegué con El Diablo Velazco y estaba preparado para luchar contra los mejores. Cuando llegué a la ciudad de México eran tiempos difíciles y A veces no tenía ni para comer, y eso que era el campeón nacional de peso ligero, le había ganado a Flama Azul en Monterrey, de ahí me iban a regresar a Guadalajara pero le pedí ayuda a Halcón Ortiz, desde aquí le doy las gracias porque me gusta ser agradecido. Primeramente, quien confió en mí fue el señor Ciclón Veloz, y llegué a la capital del país como el campeón desconocido. Llegué de Guadalajara sin nombre, sin nada y fue el señor Veloz quien me dio la oportunidad.
“Halcón Ortiz y Babe Face hablaron a la arena México y a la revista del señor Valente Pérez y se empezó a conocer que había nuevo campeón nacional ligero, esto era difícil porque antes todos se coronaban en la capital y yo lo hice en Monterrey. Me contaba El Güero Rangel que Chavo Lutteroth le preguntó: ‘¿Y ese muchacho que acaba de coronarse, quién es?’ ‘Es de Guadalajara’, respondió Rangel, a lo que Lutteroth espetó: ‘¿Y qué esperan para traérselo?’.
“Y la misma noche que me coroné habló a México Babe Face y Halcón Ortiz y todos los que andaban por allá y que eran estrellas de la lucha libre. Los conocía porque me tocaba ir con ellos a las giras. Tuve una magnífica época con el trío de Los Javieres, éramos Javier Cruz, Javier Chamaco Valaguez y yo; fue idea del los señores Cué de Cuernavaca, pero antes había formado la tercia de Los Rebeldes con Karloff Lagarde Jr, Mocho Cota, la idea era lanzar al estrellato a Karloff Lagarde Jr, lo único que le pedían era que subiera unos 10 kilos de peso, más cuerpo, más presencia, desafortunadamente el joven no pudo y el trío se desbarató.
“Como grupo de El Diablo Velazco, integrado por El Faraón, Gran Cochisse, Águila India, José Luís, Killer, El Monarca Hernández, Juvenal Alcalá y yo, debutamos en una arena que se llamaba El Bata,m que era del señor Velazco, y un día nos dijo: ‘Muchachos, vayan agarrando un nombre para que luchen, y es que la primera función que hizo parecía de box, porque eran puros nombres propios. En ese tiempo trabajaba de policía en el aeropuerto de Guadalajara y me pasaba todas las noches pensando en el nombre con el cual lucharía, y decidí que fuera Américo, por Américo Vespucio y Roca por un rockanrolero llamado Ricardo Roca, que es hermano de César Costa.
“En mis inicios luché como Centurión Rojo y perdí la máscara en Manzanillo, Colima, ante El Matemático. Un día después conocí al Santo; fueron por mí al hotel como a las dos de la tarde y me llevaron a comer a Tecoman, ahí estaba El Enmascarado de Plata, y qué gusto me dio conocerlo sin máscara. El nombre de Ponzoña me lo dio Antonio Peña. Un día me dijo: ‘Te voy a hacer más famoso que la Coca Cola”, y creó el trío La Plaga del ring, que integramos Enjambre, Ponzoña y Marabunta; tan agradecido estoy que nunca expuse la máscara. Ahora sólo me resta darle las gracias a todos lo que colaboran en BOX Y LUCHA”.
