Sabíamos que Último Dragoncito se había quemado las manos y cara, y que se encontraba en su casa, motivo por el cual acudimos a entrevistarlo y la realidad rebasó por mucho a la ficción, ya que el cuadro que inicialmente habíamos contemplado era otro.
Con quemaduras en las manos y brazos que casi llegaban a los codos y en toda la cara, esta pequeña estrella, con todo el optimismo, comentó:
«Antes que nada un agradecimiento a toda la gente que se ha preocupado por mi y que me ha buscado para preguntar por mi salud. Tanto mi papá como yo nos encontramos bien de salud y lo que me sucedió a nadie se lo deseo, ni a mi peor enemigo. Después del accidente nos llevaron, a mi papá y a mi, al hospital Rubén Leñero ahí nos atendieron; nos anestesiaron y vagamente recuerdo como jalaban piel quemada, el objetivo era que quedaran limpias mi manos».
«Tengo mucho que agradecer a mis vecinos ya que rápidamente dieron aviso a las ambulancias, protección civil y bomberos; en una ambulancia nos trasladaron a hospital en donde estuve cinco días, el jueves de la semana pasada nos llevaron al hospital Magdalena de las Salinas y fue hasta este martes que me dieron de alta».
«Mi rehabilitación será de tres meses pero con la confianza y decisión que tengo en dos meses quiero salir adelante y regresar a luchar. Tengo que tener en constante movimiento mis manos, sobre todos los dedos, hacer gestos para que los músculos de mi cara no pierdan movimiento, eso es todo y echarle los kilos por delante».
«En cualquier parte hay riesgo, no se que pasó en realidad, si fue un descuido o una negligencia, el caso es que estoy aquí, quemado. Aún no tengo movilidad en las manos y ha sido mi esposa quien ha estado al tanto de las llamadas que entran tanto de la Empresa Mexicana de Lucha Libre, como de mis compañeros luchadores y mis amigos. Pero sé que mi empresa, el Sindicato de Luchadores de la arena México, no se olvidara de mi, siempre tendré su apoyo. Bien sabes que para cualquier enfermo la mejor motivación esta en el apoyo que tenga de sus seres cercanos, una broma, un chascarrillo siempre ayuda».
«Pero aquí sigo vivo, echándole ganas. Antes que nada quiero dar un agradecimiento a todas las personas que me han hablado por teléfono, al señor José Luís Solís quien nunca me ha dejado solo y hoy no será la excepción y a todos los medios de comunicación, en especial a la revista azul que siempre está al pendiente de todos los luchadores».
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