Solitario: El más grande ídolo (2)

Cuerdas… Cuerdas No. 3037

En la época de oro del pancracio, SOLITARIO fue una de las fabulosas estrellas que los aficionados idolatraban, porque su estilo de luchar y la forma en que surgía vencedor cuando todos pensaban que ya estaba derrotado, los fascinaba. Yo recuerdo las tremendas batallas que solía tener con sus amigos, es decir, con aquellos luchadores que fuera del ring se portaban como verdaderos amigos, ya que ellos tenían prohibido mezclar la profesión con la amistad, existía un especial Código de la Vida.


El Solitario, un nombre que siempre será recordado en la lucha libre.

El pancracio no podrá olvidar esa legendaria sexteta de DR. WAGNER, ÁNGEL BLANCO, RENÉ GUAJARDO, ANÍBAL y SOLITARIO, amén de CÉSAR VALENTINO que también pertenecía a esa tropa.

Yo recuerdo una ocasión en que llevé a EL SOLITARIO contra ÁNGEL BLANCO a la ASTROPISTA TEXCOCO, y dieron un luchón de antología, porque ÁNGEL BLANCO entró como bólido en esa primera caída y a base de salvajadas, golpes prohibidos, machetazos a la nuca, piquetes de ojos y un brutal faul que todo mundo vio, menos el réferi, seguido de toque de espaldas, para la cuenta de los tres segundos, y así anexarse la primera caída, pero lo increíble vino en la segunda, ya que ÁNGEL le extendió la mano al SOLITARIO para pedirle que luchara limpio, a lo que SOLITARIO se negó, pero ÁNGEL insistió y después de unos minutos, le dijo en voz baja para que nadie oyera : “te lo juro por nuestra amistad” y SOLITARIO no dudo en darle la mano ante el descontento de los aficionados.


Contra Ray Mendoza ofreció encuentros de antología.

Los dos monstruos del Pancracio dieron una verdadera cátedra de lucha científica durante las dos caídas restantes que, por supuesto, ganó EL SOLITARIO. Al terminar la lucha los aficionados los premiaron con una ovación tan prolongada que ambos la agradecieron conmovidos. Por eso la amistad que los luchadores puedan tener fuera de los encordados es sagrada, no debe ser manchada con traiciones.

EL SOLITARIO ofreció excepcionales batallas con RAY MENDOZA, El Indio de Acero, que tuvieron a los aficionados de pie, especialmente cuando los encuentros eran por campeonatos, ya que el odio deportivo que se tenían era ¡ejemplar!, casi siempre terminaban bañados en sangre, o en el hospital. Yo tuve oportunidad de atender a RAY una noche, cuando luchaba en la APATLACO y llegó con luxación de hombro, y tan pronto como se intervino y el húmero estuvo en su lugar, RAY me dio las gracias y salió como bólido rumbo a la APATLACO para terminar su lucha. ¡Esos eran los gigantes de la época de oro!


Solitario y Ángel Blanco se dieron ¡hasta con la cubeta!

CONFETTI: Sigo insistiendo que lo mejor de las luchas gringas las ejecutan las mujeres, cuyo encanto, sumado a la fiereza con la que luchan, hacen vibrar la vista, el corazón y la mente de quienes presenciamos sus batallas.

KANIVAL, aquel luchador que tenía pensado venir a México se encuentra delicado de salud. Deseamos su pronto restablecimiento.
Mi columna ha terminado, ahora pueden romperla.

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