Ojalá que al volátil y dinámico luchador Ricky Marvin nunca se le suban los humos de grandeza a la cabeza, porque lleva un paso impresionante.
Claro, aún es muy temprano para echar las campanas al vuelo para misa de 12, pero de que tiene facultades, juventud y muchas ganas de ser figura mundial de la lucha libre, las tiene.
Sucede que, en todas las esferas de la vida, quienes tienen la suerte de subir tan rápido como la espuma, se marean con la escasa fama que adquieren y luego sienten que caminan en el aire. Que son casi inmortales, que el mundo les pertenece y todo gira en torno a ellos.
Centrado y ambicioso
No es el caso de Ricky Marvin, estamos seguros, porque todavía se percibe un jovencito sencillo, accesible e inquieto, pero educado y atento como pocos. Eso lo hace más interesante para la lucha libre.
Hace poco regresó de Japón donde por primera vez, luchó contra gladiadores de su nivel de aquel país. Eso, cuenta porque: «Se adquiere experiencia en el extranjero. Sin embargo, estoy consciente de que tengo que superarme mucho más. Pero también sé que, si todo sigue como hasta ahora, y yo no descuido mi profesión, ese viaje y los que vengan son el principio de una gran carrera. La suerte me está socorriendo ahora y tengo que aprovechar las oportunidades que se me brindan», dijo el gladiador.
Otras empresas
La vez anterior fue contratado por la empresa CACAO PLANING, pero por los buenos antecedentes de buen luchador joven y con mucho futuro, es factible que lo contraten otras empresas japonesas. Entonces vendrán mejores sueldos, la vida cambia y la fama aumenta.
«Me siento muy feliz por el viaje, pero por mi rendimiento. Espero que me llamen de otras empresas. Soy sincero, era mi ilusión ir a Japón, porque todos hablaban maravillas del trato humano y luchístico, que nos dan allá. Espero que mis fans me sigan apoyando.
“Quiero ser como el Negro Casas”
Con 18 años de edad y cuatro como luchador, Ricky Marvin piensa ya en el estrellato. Y no es que sueñe para ello, sino que su estilo, su empeño y ganas de destacar, lo están colocando poco a poco como uno de los novatos más prometedores, toda vez que es producto del Grupo Cibernético, donde imparten clases los grandes maestros: Negro Casas y Memo Díaz, dos profesores con un historial a toda prueba.
Pero veamos qué piensa Ricky: «Mi primer maestro fue mi padre, quien luchó como Aries. Generalmente he aprendido de todos mis compañeros, todos tienen algo que es digno de aprenderles, más cuando se meten al gimnasio todos los días. La puntualidad es primordial para todo luchador que quiera progresar», acotó.
Su ídolo: negro casas
Como luchador técnico cuyo signo zodiacal es capricornio, dedica todo su tiempo a la lucha libre. No se arrepiente de haber dejado la escuela, ya que una vez que terminó la preparatoria, sabía cuál era su verdadera vocación.
«Quiero ser una gran estrella de la lucha libre mexicana. Entre mis anhelos por ahora, ya que pronto serán realidad, es viajar a Japón, porque cuando un mexicano ha triunfado en Japón, puede sentirse orgulloso, ya que el nivel luchístico de allá es muy bueno y reconocido mundialmente».
«Desde luego que me gustaría luchar en muchos países más, porque sólo así se progresa y se logra el reconocimiento del público» afirma Ricky Marvin.
«Mi ídolo en la lucha libre es el Negro Casas, porque tiene un estilo y personalidad que le gusta al público. Es luchador de carácter y valor. Me gustaría ser como el Negro algún día. Claro, aún me falta mucho por aprender, pero gracias a sus enseñanzas y al maestro Memo Díaz, espero depurar mi estilo y adquirir la enseñanza necesaria para enfrentarme a las grandes figuras de la actualidad. No me olviden, espero tener un lugar entre las estrellas muy pronto», finalizó Ricky Marvin.
Estas entrevistas se publicaron en las ediciones 2408 y 2436 de la revista BOX Y LUCHA, junio y diciembre de 1999.