Bienvenidos, amigos. Quiero agradecer a todos los aficionados que me mandan sus correos electrónicos; poco a poco cumpliré todas sus peticiones. En esta ocasión, hablaré de las fiestas decembrinas.
Para muchos luchadores, la Navidad y el Año Nuevo son fechas llenas de tristeza porque no siempre tenemos la oportunidad de pasarla en casa, pues hay que trabajar. Por eso nos perdemos grandes momentos de nuestras familias. Todo esto lo empecé a vivir con mi padre; muchas ocasiones no estaba en México y era triste para todos mis hermanos y para mí su ausencia.
En las primeras navidades que recuerdo, mi padre viajaba mucho por Centroamérica y era normal que se la pasara por allá. Era ídolo en El Salvador y Guatemala. Al principio me molestaba, pero cuando tuve conciencia de las cosas entendí que no podía ser de otro modo. Además, bien o mal, nosotros la pasábamos en familia, pero mi padre, donde se encontrara, estaba solo. Cuando lo viví en carne propia comprendí las cosas. Una ocasión tuve que viajar precisamente en Navidad, con destino a Japón; iba en avión de lujo, Japan Airlines, para ser más exactos; son aviones muy bonitos y la tripulación nos dio vino para brindar, comida rica y nos trató de maravilla, aún así, no era lo mismo que estar en casa.
En otra ocasión, me tocó trabajar un 24 de diciembre en un pueblo cercano a Tlaxcala, y me dijeron que la función comenzaría a las 6 de la tarde, pero no fue así, inició a las 8 de la noche porque esperamos al alcalde, quien se había retrasado por compromisos. Terminamos de luchar cerca de las once de la noche, así que ahí vengo a las carreras para llegar al brindis con mis padres y hermanos. Al llegar a la altura de Chalco, había una fila interminable de autos y no se podía pasar, así que llegué a mi casa pasada la media noche. Mi mamá me cuestionó por no llegar antes, pero mi padre me apoyó, pues él había sufrido muchas situaciones similares.
Nuestro trabajo tiene ese tipo de inconvenientes. Otra vez me tocó luchar en Año Nuevo en Tijuana, y tuve la oportunidad de compartir habitación con Javier Muñoz, colaborador de BOX Y LUCHA; afortunadamente, gané la máscara de Súper Astro y nos la pasamos allá, solos y nuestra alma sin tener ningún familiar cerca. La mayoría de la gente tiene un horario de entrada y de salida, sin embargo, los luchadores no tenemos esa misma oportunidad. Espero sus comentarios a ardimen3@yahoo.com.mex o bien a www.villanotercero.com