En esta ocasión, tocaré el tema del racismo que existe para los luchadores mexicanos en Estados Unidos, y a la vez, la hermandad entre compañeros cuando están fuera de su patria y se tiene algún problema. En una ocasión, nos tocó vivir una odisea a Pierroth, Texano, Jerry Estrada y quien esto escribe.
En Puerto Rico, solicitaron nuestros servicios, por parte del promotor-luchador Carlos Colón; primero querían evaluar nuestro trabajo y nos pidieron que viajáramos con visa de turista. Así lo hicimos. Después de varias presentaciones en esa isla, llegamos a un lugar llamado Aguadilla. Mientras nos poníamos los equipos ya para presentarnos en los encuentros que nos tocaban (no luchábamos entre nosotros, sino contra luchadores experimentados de allá, para mostrar nuestra calidad). En forma sorpresiva, se presentaron varios agentes de migración con el fin de pedirnos nuestros papeles y verificar que todos estuvieran en regla.
Como lo dije, nosotros llevábamos visas de turista. Sin preguntar nada, nos tacharon el pasaporte; en ese momento entró el promotor Carlos Colón, conocido en México ya que luchó hace varios años. Les explicó a los agentes la situación. Informó que sólo estábamos haciendo casting para ver si le convenía nuestro trabajo y él se encargaría de tramitar las visas. Los agentes hicieron caso omiso y nos llevaron detenidos a la capital San Juan; ahí estuvimos arraigados en un hotel cercano al aeropuerto.
Durante varios días nos tuvieron incomunicados, un día nos sacaron, nos llevaron por todo el pasillo del aeropuerto a declarar a la corte. Íbamos esposados y encadenados de los pies, uno tras otro, según, para que no nos fuéramos a escapar. En ese momento sentimos una humillación tremenda, porque había mucha gente y nos miraban como si fuéramos delincuentes. Después de varios días que estuvimos detenidos nos llevaron directamente al avión. Al llegar a México nos despedimos con caluroso abrazo y un fuerte apretón de manos; ahí me di cuenta de la hermandad que tuvimos en esos momentos difíciles, unos a otros nos tranquilizamos. En un momento estaba tan desesperado, que El Texano me prestó una Biblia, y cuál fue mi sorpresa que me quedé dormido con ella.
Honestamente, recuerdo a mis compañeros y amigos, a cada uno de ellos en diferentes situaciones. El Texano ya no se encuentra entre nosotros; Pierroth está luchando por su vida, Jerry Estrada está retirado de la lucha y con una lesión en la columna vertebral. Un saludo para todos ellos y les mando mis bendiciones donde quiera que se encuentren. Ojalá y esto sirva de ejemplo para todos los luchadores que salimos a trabajar con visa de turista. Después que todo aquello que pasamos, el promotor nos dio un magnífico pago, después fuimos a trabajar a Puerto Rico. Que esto sirva de alerta para todos los luchadores, que se fijen bien en todo lo que los promotores les ofrecen y al mismo tiempo estén conscientes de lo que están expuestos. Espero sus comentarios a www.villanotercero.net o bien a ardimen3@yahoo.com
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