Ver a Confetín y Chicolín realizar sus lances espectaculares pone a todos los espectadores con los pelos de punta, el monstruo de mil cabezas estalla en aplausos, sin embargo el rechazo es general cuando aparecen los rudos Ricky y Johnny Velita. Pero más allá del aplauso o el abucheo este cuarteto de niños no pasa desapercibido y es por eso que hablaremos de ellos.
Confetín y Chicolín: Son dos pequeños de 9 y 10 años que les gusta la lucha libre por sus lances aéreos y su espectacularidad. Su ídolo es su maestro Tony Cirio y Místico. Tienen un año de entrenar lucha libre, una de sus aspiraciones es poder salir en la televisión y luchar en la arena México cuando debuten profesionalmente. Sus lances favoritos son la plancha desde la tercera cuerda y el mortal hacía atrás.
Entrenan todos los días de la semana de ocho a diez de la noche con su maestro Tony Cirio. La práctica de la lucha libre la hacen sin descuidar su quehacer principal que es la escuela. Confetín cursa el 3 año de primaria y Chicolín el cuarto grado, para sus padres es primordial el estudio y de ahí que se vean orillados a realizar sus tareas escolares antes de ir a entrenar. Aunque piensan luchar como pareja aún no tienen definido ningún nombre. Invitan a todos los niños que quieran dedicarse a la práctica de la lucha libre a estudiar como objetivo principal y después ponerse en manos de gente experta como su maestro Tony Cirio.
Ricky Y Johnny Velita: Su ejemplo a seguir son los Hermanos Cirio de ahí su nombre de Velita. Tony cuenta con diez años de edad y Ricky con once primaveras, el primero cursa el quinto año de primaria y el último está en sexto año. El amor hacía la lucha se da en Ricky porque su papá practicó la lucha libre profesionalmente y Johnny se aficionó cuando seguía las trasmisiones de lucha por Televisión. Admiran a Blue Panther, Cibernético y Tony Cirio. Entre sus metas estar luchar en el Consejo Mundial de Lucha Libre y presentarse en una función de televisión. Aunque están entrenando ya se han presentado en luchas de exhibición en escuelas y mercados.
A toda la gente le llama la atención que haya niños luchadores y les piden que no les peguen muy fuerte a los Payasitos. Pero al unísono les mandaron un mensaje a Los Payasitos: «si no quieren que les peguemos que se vayan a jugar a las muñecas». Invitan a todos los niños a que saquen buenas calificaciones para que puedan entrenar o ir a ver las luchas.
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