Llaves con historia: El Cangrejo Chino de El Santo

La verdad es que nadie creía que pudiera realizar la hazaña

Hacía exactamente diez años atrás que había fracasado en su intento de coronarse campeón mundial medio. Sí, el primero de enero de 1944, Tarzán López lo venció arrolladoramente y Santo bajó del ring demasiado desilusionado.

Diez años habían pasado, dos veces había ganado el cetro mundial de peso welter; pero su ilusión había sido la de conquistar aquella faja que trajera Gus Kallio a México y se la arrebatara Octavio Gaona.

Hoy probaba suerte nuevamente

El enemigo no era nada fácil: Sugi Sito, el recio, el granítico luchador oriental, se encontraba sentado ahí en el trono, después de haberle ganado por segunda vez a Tarzán López.

Pero Santo estaba compenetrado de lo que iba a hacer

Sentía la enorme responsabilidad cayéndole en, la espalda como pesadas lozas. Hace diez años no tenía la experiencia de ahora ni tampoco el peso medio era su categoría.

Sugi Sito, el gran luchador japonés que en 1950 había cautivado a los aficionados por su estilo de luchar y que había parado de cabeza a todo mundo comenzando con Jacobo Macias, incluyendo a Wolf Rubinsky y Gory Guerrero para finalmente arrebatarle la corona a Tarzán y que había de dejar un año después, recordado siempre —21 de septiembre de 1952— con Enrique Llanes y su «cerrajera» estaba ya en el momento cumbre de su carrera.

Esta fue la llave, «El Cangrejo Chino» con la que Santo rindió a Sito la recordada noche de año nuevo de 1954.

Pero atrás de la máscara de plata, había unos ojos cafés claro que le habían seguido todas sus actuaciones últimamente.

Santo, había ganado tal derecho derrotando a Black Shadow, su víctima de siempre en el final de una. eliminatoria.

La fecha del combate por el cinturón fue la del primero del año de 1954

Sito era temible por su resistencia, por sus tremendas llaves como la Cruz Nipona tanto a los brazos como a las piernas y su tirabuzón japonés.

Los entrenamientos en esa ocasión no fueron públicos, cada quién entrenó donde deseó. Sito, en el gimnasio de la Arena México; el Santo en su casa y teniendo como ayudante nada menos que a su compadre del alma —en aquel tiempo— El Verdugo.

Cuando fuimos a entrevistarlo días antes de la lucha para que nos diera sus puntos de vista sobre el interesante match, encontramos al legendario plateado tranquilo, rebosaba optimismo, y recuerdo bien sus palabras.

«El día primero del año habrá un nuevo campeón mundial de peso medio. Voy a empezar el año bien para des-gracia del nipón».

—¿No le teme usted a su resistencia, a su llave? pregunté.

—No —respondió el Santo—, ya le conozco bien, sé de lo que es capaz, él posiblemente tratará de que no le aplique la llave a «caballo»; pero serán otros mis procedimientos.

—¿Me los podrá mostrar profesor? —inquirí.

—No; perdone que no se los muestre, esto es algo tan secreto como mi identidad; pero será una llave que no va a poder resistir si es que se la aplico».

—¿Qué nombre llevará?

—Póngale el que guste con tal de que la «agarre» para triturar a Sito.

Regresé con la, duda. Yo sabía cuál era la resistencia de Sugi.

La llave, tendría que ser fuerte, demasiado fuerte para romper la roca y el orgullo oriental.
Y así fue.

Fue una llave de efectos fulminantes

La primera caída la ganó Sito con su tirabuzón japonés, la segunda fue para el plateado con sus terribles palancas a los brazos.

En la tranquilidad de su hogar, el legendario enmascarado de plata nos hizo el favor de mostrárnosla.

En la tercera pude percatarme de que todo su castigo iba dirigido a las piernas del hasta entonces campeón. Quería minarlo, y lo logró, cuando lo tenía flojo salió a relucir la nueva llave: «El Cangrejo Chino». Terrible, dura y también relucía en la cintura de Santo al rendirse Sito, la faja de nuevo campeón mundial de peso medio.

Al otro día, en su hogar, Santo nos mostró una llave que ya en muy contadas ocasiones ha aplicado, según dice él…

«Sólo para las fiestas de año nuevo».

Este artículo se publicó en la edición #865 de BOX Y LUCHA el 16 de mayo de 1969.

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