Afinales de los años 60, John Lennon (cantante y compositor de Los Beatles) conoció al amor de su vida: Yoko Ono, artista plástica japonesa de treinta y cuatro años edad. Para muchos, Ono fue la causante de la separación del Cuarteto de Liverpool.
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A final de la década de los 70 y principios de los 80, México tuvo su propia Yoko Ono: una luchadora que adoptó dicho mote, y que en realidad se llamaba Martha Flores Tapia, quien nació el 21 de agosto de 1963 en el estado de Veracruz. Su preparación luchística corrió a cargo de Antonio Cruz, con quien entrenó hasta su debut, en 1978.
Aunque Martha Flores no tenía el cabello largo y alborotado, Antonio Cruz le encontró cierto parecido físico con la musa de Lennon. Tiempo después de que Yoko Ono comenzó a escribir su historia en la lucha libre, se casó con Antonio Cruz. Tuvieron un hijo.
Una informante, que en esta ocasión prefirió mantenerse en el anonimato, comentó que Yoko Ono y su esposo Antonio vivieron algún tiempo en Guadalajara. Que allá, además de la lucha libre, Antonio Cruz trabajaba frente al mercado San Juan de Dios, en una gasolinera. Ahí perdió la vida, lo mataron a balazos.
La muerte de Antonio Cruz fue un golpe muy fuerte para Yoko Ono. Ella, que siempre fue una mujer reservada, se volvió todavía más retraída con sus compañeras. Difícilmente tocaba el tema del fallecimiento de su marido.
Yoko Ono siguió luchando y también se dedicó a atender un salón de belleza en Guadalajara. Era una mujer activa que aunque sólo estudió hasta la secundaria, siempre estaba buscando la forma de ganarse la vida y salir adelante. Mi informante recuerda también que Martha Flores tenía dos hermanos: Octavio y Luis, quienes se distinguían en Guadalajara por elaborar pan fino. En asociación con Yoko Ono pusieron una panadería a un costado del Estadio Jalisco, pero por diferentes razones el negocio no resultó.
Una de las ambiciones más grandes de Yoko Ono era presentarse en El Toreo de Cuatro Caminos, el escenario predilecto de los luchadores independientes, quienes estaban bajo el mando del empresario Francisco Flores. Yoko Ono luchaba en el bando técnico.
El 17 de agosto de 1984, BOX Y LUCHA publicó una entrevista con Yoko Ono. En aquel entonces, ella declaró al reportero Mario Gil que también había tomado clases de lucha con Cuauhtémoc, El Diablo Velazco, que sostuvo su lucha más difícil contra Las Viudas Negras, que libró su mejor combate frente a Teresa Hernández Andrade, La Esclava, y que la peor batalla de toda su carrera fue la de su debut, por los nervios que le causaba estar por primera vez frente al público. Yoko Ono también dijo que su ídolo en la lucha libre era El Hombre Bala, y que consideraba a Lizmark como el mejor luchador mexicano, y a Antonio Iñoki el mejor extranjero.
Aunque Yoko Ono trabajó un tiempo para Promociones Mora, poco se sabe sobre cuál fue su destino en la lucha libre y dónde radica actualmente. Una ex compañera suya recuerda que se acoplaba muy bien luchando en pareja con Yoko Ono, y que la vio por última vez hace más de 20 años, cuando Martha Flores le propuso irse de gira a Estados Unidos por un periodo indefinido. Sólo volverían a México hasta que hubieran ahorrado una buena cantidad de dinero que les permitiera vivir desahogadamente durante años. Como la otra luchadora también tenía un hijo, no aceptó la propuesta y se despidió de Yoko Ono con un abrazo.
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