Quemaduras de segundo grado lo habían mantenido alejado de los cuadriláteros desde el 30 de noviembre de 2007; a nivel cutáneo, las heridas cerraron, pero a nivel orgullo, la llaga sigue abierta. Cibernético nos comenta:
“Esta quemadura ha sido la experiencia más angustiante de mi vida. Nadie se puede imaginar el ardor que sufrí. Es algo que no le deseo a nadie. Pero he mejorado y véanme, estoy de vuelto. Es muy probable que me queden cicatrices permanentes, pero no me preocupa gran cosa porque soy luchador profesional, no modelo. Vivo de luchar, no de pasear mi linda cara. Estas son heridas de guerra que veo con cierto gusto porque me las hicieron sobre el ring. Así es esta profesión.
“Regreso para poner las cosas en su lugar; hay mucha cucaracha que ha hecho y deshecho, y ya es tiempo de pararlos. Dicen que los ratones hacen fiesta si no está el gato, y así ha sido con mi ausencia, mucho mediocre ya se cree dueño del mundo. Pero su tiempo se acabó.
“En cuanto al Mesías, sólo le puedo sugerir que no regrese de Estados Unidos, que se quede por allá, porque si vuelve, me encontrará y no podrá escapar. Le espera algo más que humillante. Y además de la golpiza que le voy a dar, perderá el megacampeonato de Triple A, que no ha expuesto por miedo”..