Fallece Román Zacarías, un hombre que sí le temía a la muerte

Lunes 18 de mayo, Ciudad de México.

Hermano Muerte I – Sangre Fría

(28/febrero/1943 – 18/mayo/2020)

Fue en un 7 de abril del 2012, en que pude intercambiar palabras por vez primera con el señor Román Zacarías, quien en algún momento de su carrera, portara una de las máscaras más hermosas (para mí) dentro de la lucha libre mexicana, la del Hermano Muerte I, misma que cayera, acompañado de Hermano Muerte II, frente a Rayo de Jalisco y Huracán Ramírez un 17 de septiembre del año de 1978 en el Palacio de los Deportes.

Aquel día, Don Román recibía merecido homenaje, en vida, como pilar de la dinastía de Los Hermanos Muerte y por cortesía de la empresa de Los Juniors, que se había organizado un evento muy especial en su honor. Curiosamente, la primera pregunta que le hice, me dio la respuesta que sirve de titular para esta nota… “No me gusta mucho la idea de los homenajes y menos recibirlos porque siento que me están acercando al hoyo y la verdad, sí le tengo miedo a la muerte.”

Para Don Román Zacarías, quien después de haber perdido la máscara como Hermano Muerte I, la lucha libre le daba la seguridad que no había tenido en su infancia y adolescencia, misma que fue difícil al venir de una familia pobre y en dónde aprendió a abrirse camino con base a muchos sacrificios. Conoció la lucha libre por mera coincidencia y no porque su idea fuera luchar profesionalmente, pero desde ese momento se enamoró comenzó a presentarse como Bello Román en 1959, siendo un adolescente con un peso muy bajo y que por sugerencia de sus profesores y compañeros, comenzó a incrementar mientras vestía a Yanga, nombre de batalla que añoraba mucho por ser el personaje que comenzó a abrirle las puertas a las buenas promociones luchisticas, hasta que el señor Valente Pérez, lo llamó para ofrecerle el personaje de Sangre Fría, con la personalidad de un asesino desalmado que provocaría las más dramáticas portadas en los periódicos de nota roja de aquel entonces.

Le fue bien, el personaje jalaba mucho y tenía gusto entre los programadores y con este personaje viajó a Japón, en dónde sufriera una lesión en la cadera y en la pierna derecha, por lo que pensaba regresar a México para reponerse, pero para su sorpresa, se había armado la primera ruleta de la muerte y no pudo rehusarse a participar y tuvo que jugarse el misterio junto a Chicano Power y caer ante As Charro y Gallo Tapado un 11 de octubre de 1975 en La Plaza de Toros México, y aunque sin la máscara, siguió teniendo mucho empuje, decidió retirarse por un tiempo y dedicarle tiempo a la música, otra de sus pasiones, hasta que nuevamente Valente Pérez quien le pidió que encarnara la segunda versión del Hermano Muerte I, puesto que el anterior, había dejado el personaje.

Batalló junto a su pareja por buen tiempo y ambos se hicieron de muy buen cartel y se ganaron muchos enemigos, hasta que en otro torneo de la muerte, les tocara caer de nuevo pero ahora ante los ya mencionados: Huracán Ramírez y Rayo de Jalisco Jr.

Bárbaro Román surgió fiero, sin máscara y alternando también su gusto por la música, duró 10 años aproximadamente dentro de los encordados hasta que la situación lo llevó al retiro definitivo de los encordados y con el tiempo, también de los escenarios.

Cabe señalar que Don Román, jamás se adjudicó los derechos por los personajes que portó de Sangre Fría y Hermano Muerte I, siempre dijo que eran de su creador y que él había tenido el honor de portarlos, gracias a la confianza que este le había brindado. Luchisticamente, de sangre, no tiene ningún heredero y estaba consciente de que después de él, hubo más versiones que incluso le buscaron para pedirle permiso, pero el mismo les decía que eso no le afectaba a él, porque aunque duró poco tiempo con el personaje, nadie jamás podrá igualar el sello tan personal que le inyectó a esa máscara, a ese equipo, porque se trató de un luchador completo, bien preparado y entregado a la lucha recia, misma condición que lo llevó a sufrir infinidad de lesiones que hasta sus últimos días lo tuvieron limitado para moverse, no sin un apoyo extra.

Es por esta razón que Don Román Zacarías fue único y nunca habrá nadie más como él sobre el ring.

Descanse en paz, Don Roman. Nos unimos a la pena que embarga a la familia luchistica y por supuesto a la familia del señor Zacarías.

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